miércoles, 1 de agosto de 2012

Gárgaras con Neruda.

Llegó incluso a aquel antro mugroso,
la hora de los trazos,
los poetas se alzaron , desafiando a los guerreros.
Poesía sangraba por todas partes y se derramaban los tinteros.
Mil bajas en esta guerra , un río que se desborda.

Y ganaron los férreos , los que manejaban las espadas.
Pero la palabra nunca muere y atraviesa mil barajas. 
caía sangre e inundaba papeles , formaba tirabuzones que escapaban por las ventanas 
y llegó al mar donde volaba como un fénix , la poesía era libre y imperecedera. 
La trataron bien los sordos , ciegos y mudos de todos los países.
Era un buen sustento para su corazón lleno de espigas y agua , agua sexual.

2 comentarios:

  1. Recomiendo un respetuoso Harakiri-del-todo-sano para los adjetivos burdos del topicazo de la infinitud poeticastra.

    Poetas, ¡Bajad a tierra!

    ResponderEliminar