lunes, 31 de octubre de 2011

No ardas el cuenco de magdalenas

Iba yo pedaleando por la calle cuando de repente mi bicicleta se transformó en una moneda y, rodé rodé hasta llegar al cielo. Allí encontré a Dios jugando a las cartas con Ash Ketchup.
-Hola.- Dije , o más bien : pensé.
Nadie me respondía.
-Hola.-Volví a pensar.
Seguía sin haber respuesta, así que me enfadé. Agarré lo que más tenia a mano , es decir ,  una rana y se la lancé a Dios, que cayó desangrado en el tablero de ajedrez en el cual estaban jugando a cartas.
¡Oh mierda , me he cargado a Dios!
Me acerqué lentamente y ví el cuerpo desmembrado ahora y estaba siendo engullido por Ash Ketchup. Acto seguido me asusté y corrí hasta llegar a casa.
Pasaron 3 años y recordaba esa imagen cada día , hasta que me llegó un juego de toallas con mi nombre bordado. Eso fue fantástico y ahora mi baño tenía un aspecto muy veraniego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario