Arlequín aun no se explicaba como narices había puesto aquella lavadora dentro del microondas. Llamaron a la puerta. Era Un buñuelo. Pasa y siéntate dijo Arlequín al desconocido. Encendieron la televisión y le sirvió una taza llena de sacapuntas. Daban una película de sillas. Sí sillas , sólo sillas. Sin censura. El buñuelo apagó la televisión y le pegó una bofetada a Arlequín. Arlequín no tenia cara. Era un bigote. Lo pescaron en Madrid.
El buñuelo se levantó y dijo : ¡Strike uno!. y se fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario