martes, 23 de agosto de 2011

Dios nunca dice palomitas

Entendido mi señora- y con estas palabras el unánime reloj de cristal se fue por la puerta , dejando en la sala una soledad completa. Allí , al final de la sala , sentada sobre la filosofía classica del mañana , estaba Hermione Granger. Se hurgaba la nariz poco a poco y de repente sustrajo un plato de sopa de uno de los agujeros.
Chirriaron las puertas del salón y entró un subrallador amarillo Hippie. - Su majestad , "sangre tricúspide vagina ojo vaca".-y se retiró rápidamente para no sufrir la ira de la señora de Fátima.  En su lugar , la joven chica admiró el coraje del subrallador de venir y decírselo y así se inventaron los Mielpops

Fin

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